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TDAH y TOC: Similitudes inesperadas y diferencias importantes

Julia Ovcharenko, Director General de Numo
6 de febrero de 2024

Cuando vemos a una persona inquieta, impulsiva, que no puede concentrarse en sus tareas y es propensa a postergarlas, es fácil suponer automáticamente que tiene TDAH. 

Pero somos mejores que eso.

Sabemos que muchas otras enfermedades mentales pueden disfrazarse de TDAH, como tres mapaches en una gabardina. 🦝 🦝 🦝

Los sospechosos habituales son la ansiedad, la depresión o el trastorno bipolar. Pero a veces, incluso los trastornos que son intrínsecamente diferentes del TDAH pueden confundirse con él. Sí, TOC, te estamos mirando a ti.

[Conexión entre el TDAH y el TOC] ¿Qué ocurre con el TDAH y el TOC? 

Nosotros también nos lo preguntamos. ¿Cómo pueden confundirse dos trastornos tan diferentes? Antes de sumergirnos en las inesperadas similitudes entre el TDAH y el TOC, aclaremos qué es el TOC (esperamos que a estas alturas todos seáis expertos en TDAH, pero podéis refrescar la memoria volviendo a nuestro TDAH 101).

El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es una enfermedad mental en la que una persona experimenta pensamientos incontrolables (obsesiones) o realiza comportamientos repetitivos (compulsiones), o ambas cosas. Al igual que el TDAH, el TOC es un trastorno que interfiere en los distintos aspectos de la vida de una persona. Las personas con TOC a menudopueden sentirse atrapadas o temerosas de perder el control. También son reacias a buscar ayuda porque se avergüenzan de su trastorno.

El TOC suele aparecer entre el final de la infancia y el comienzo de la edad adulta. Pero, a diferencia de muchos otros trastornos mentales de este tipo, que pierden intensidad con la edad, el TOC puede empeorar con el paso del tiempo. El estrés o los acontecimientos traumáticos también pueden provocar los síntomas (1). Por lo tanto, es importante diagnosticar y empezar a tratar el TOC desde el principio para que los síntomas no se vuelvan demasiado difíciles de manejar. 

Se desconoce qué causa exactamente el TOC, pero algunos factores pueden desencadenar esta afección. Es más probable que desarrolles el TOC si alguno de tus familiares de primer grado lo padece, si experimentaste algún tipo de trauma en la infancia o si presentaste síntomas de ansiedad o depresión de niño. Por extraño que parezca, las mujeres pueden desarrollar TOC durante el embarazo o después de dar a luz: pueden empezar a tener impulsos de comprobar si su bebé respira o pensamientos de que alguien puede hacerles daño. 

Síntomas del TOC

Volvamos a los síntomas del TOC. ¿Qué son exactamente estas obsesiones y compulsiones? ¿Cómo se detectan? 

Las obsesiones suelen ser exclusivas de las personas y están relacionadas con sus experiencias vividas, pero algunas obsesiones son más comunes. Entre algunas de las obsesiones más extendidas:

  • Miedo a los gérmenes, las infecciones o las enfermedades;
  • Deseo mantener todo en perfecto orden;
  • Miedo a perder o extraviar cosas;
  • Pensamientos no deseados sobre religión o sexo;
  • Pensamientos agresivos sobre uno mismo o sobre otras personas;
  • Miedo a causar daño a alguien.

Las compulsiones, por su parte, son comportamientos repetitivos que suelen estar provocados por estas obsesiones. Por nombrar algunas:

  • Limpiar cosas o lavarse las manos en exceso;
  • Contar, repetir frases, en voz alta o mentalmente, rezar constantemente;
  • Comprobar constantemente los sentimientos o las sensaciones corporales;
  • Comprobación de que las puertas están cerradas, los aparatos apagados, las alarmas activadas y los grifos cerrados;
  • Reorganizar y ordenar las cosas de una manera determinada.

Por supuesto, no todos los pensamientos intrusivos son obsesiones, ni todos los rituales o hábitos son compulsiones. No tienes un TOC si sólo acostumbras a volver a comprobar tus electrodomésticos antes de salir o si te gusta mantener las cosas en orden. Pero si no puedes controlar estos pensamientos y comportamientos repetitivos aunque sepas perfectamente que no los necesitas, si complican tu vida diaria y no te aportan ningún placer ni satisfacción, sólo un alivio efímero, si sientes que te roban mucho tiempo (más de una hora al día), entonces puede que necesites que te examinen para detectar un TOC.

[Similitudes entre el TDAH y el TOC] Entonces, ¿dónde están las similitudes entre el TOC y el TDAH?

Al repasar la lista de síntomas del TOC, apenas se aprecia el solapamiento entre éste y el TDAH. Las personas con TDAH son inquietas, intranquilas, distraídas y desorganizadas; sueñan mucho despiertas y tienden a olvidarse de las cosas, que es lo opuesto a las personas con TOC. Por lo general, son más tranquilas, están más concentradas y más atentas. Si el TOC y el TDAH son tan diferentes, ¿por qué la gente sigue confundiendo estas dos enfermedades? 

Los dos trastornos tienen una naturaleza neurobiológica similar : problemas en el lóbulo frontal del cerebro causan ambos. Pero incluso en esto, son distintos: el TDAH está causado por una infraactividad del lóbulo frontal -hay una falta de dopamina y norepinefrina-, y el TOC se debe a una hiperactividad -hay demasiada serotonina- (2).

Pero nosotros, la gente normal, no tenemos la capacidad de detectar casualmente la actividad cerebral de una persona nueva que conocemos. Nos limitamos a observar su comportamiento e intentar comprender por qué actúa de una manera u otra. Aquí es donde se produce la confusión entre las dos condiciones: cuando el observador malinterpreta las motivaciones que hay detrás del comportamiento de una persona. 

La cuestión es que algunas habilidades de afrontamiento del TDAH pueden parecer TOC. 

Vamos con algunos ejemplos. 🤓

Las personas con TDAH pueden pasar mucho tiempo reorganizando cosas y limpiando, pero eso se debe a que el desorden a menudo puede abrumarlas y angustiarlas. Así que intentan evitarlo organizando sus espacios de forma aparentemente obsesiva. Algunas personas con TDAH también pueden hacer esto debido a su tendencia a procrastinar. Pero no se trata de un comportamiento obsesivo-compulsivo, aunque pueda parecerlo cuando no sabemos qué está pasando por la cabeza de la persona. 

[TDAH y TOC comórbidos] TDAH y TOC comórbidos: ¿se pueden padecer ambas afecciones?

Sí, sobre eso. 

Un estudio muestra que el 11,8% de las personas con TOC también padecen TDAH (3). No es tan sorprendente, ya que la comorbilidad es habitual en las enfermedades mentales: las personas con un tipo de trastorno mental suelen desarrollar otros a lo largo de su vida.

Pero es importante tener en cuenta que cuando alguien experimenta síntomas de TDAH y TOC desde una edad temprana, es más probable que su TOC sea más intenso y persistente, y es mucho más difícil de tratar. 

Y, por supuesto, las personas que presentan síntomas tanto de TDAH como de TOC pueden tener dificultades para obtener un diagnóstico: a los médicos les resulta mucho más difícil identificar estas afecciones cuando son comórbidas con precisión.

Tratamiento del TDAH frente al TOC: ¿son iguales los medicamentos para el TOC y el TDAH?

Todos sabemos muy bien que no se puede tratar el TDAH con una sola pastilla. El tratamiento del TDAH es complejo y suele implicar no sólo medicación, sino también terapia, educación, entrenamiento de habilidades y, a veces, incluso entrenamiento adicional. 

¿Qué ocurre con el TOC? ¿Se suele tratar de forma similar?

En realidad, sí. Dos de los principales métodos para tratar el TOC se utilizan también para tratar el TDAH.

Hola, ¡la buena y vieja CBT! 

Además de ser una terapia bastante común para el TDAH, también se considera uno de los tratamientos más eficaces para el TOC (4). Como sabemos, la TCC es una forma de psicoterapia que ayuda a las personas a reconocer formas de pensar y comportamientos defectuosos o inútiles, reevaluarlos y cambiarlos por otros más saludables. 

Cuando se habla de utilizar la TCC para tratar el TOC, a menudo se menciona su aspecto específico: la exposición y prevención de respuesta (EPR). Siento haber vuelto a mencionar otra abreviatura, pero no podemos evitarlo.

Prevención de la exposición y respuesta

Volvamos a la EPR. Es una terapia que expone a las personas a situaciones diseñadas para provocar sus obsesiones, pero lo hace en un entorno seguro y controlado (5). 

La EPR no está hecha para erradicar por completo los pensamientos y comportamientos intrusivos. Tampoco se centra en enseñar a la persona a evitar situaciones angustiosas. Proporciona a la persona mecanismos de afrontamiento eficaces para resistir la compulsión cuando se enfrenta a una situación desencadenante en la vida real.

Puede parecer frustrante para una persona con TOC exponerse a propósito a las cosas que desencadenan sus comportamientos compulsivos. Puede que lo hayan intentado ellos mismos, pero estos experimentos posiblemente les provocaron aún más ansiedad. La EPR es diferente porque la exposición de la persona a los desencadenantes es gradual y controlada por un terapeuta, que le guía a lo largo del proceso, enseñándole a enfrentarse al desencadenante, a comprender los sentimientos que le provocan y a resistirse a los impulsos. 

Sigue sin ser sencillo y resulta bastante incómodo, pero si te comprometes con este proceso, podrás aprender a gestionar tus respuestas y a enfrentarte a los desencadenantes cotidianos. Al detener los comportamientos compulsivos, enseñarás a tu cerebro a no dejarse llevar por el pánico cuando no está justificado. 

Durante mucho tiempo se consideró que el TOC era intratable con medicamentos. Sin embargo, en las últimas décadas, muchos estudios han explorado la eficacia de diferentes medicamentos psicoterapéuticos en esta enfermedad (6).

Al igual que con algunos síntomas del TDAH, los antidepresivos, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) y la clomipramina, se han demostrado bastante eficaces en el tratamiento del TOC. Estos medicamentos ayudan a regular los niveles de serotonina en el cerebro, lo que puede reducir los pensamientos obsesivos y los comportamientos compulsivos. Si estos medicamentos no resultan eficaces, los médicos recetan otros medicamentos psiquiátricos, entre los que son más comunes los antipsicóticos o las benzodiacepinas.

En cuanto a algunos métodos "más ligeros" para tratar el TOC, también puedes ver algunas caras conocidas aquí: técnicas de relajación como la meditación de atención plena, la respiración profunda y el yoga. Pueden reducir la ansiedad y mejorar las habilidades de afrontamiento de una persona con TOC. Y, por supuesto, el ejercicio físico, una buena noche de sueño y una dieta equilibrada también están aquí, ya que favorecen la salud mental en general y pueden ayudar en gran medida a reducir el estrés.

[Conclusión

Aunque en algunos aspectos el TOC y el TDAH puedan parecer polos opuestos, pueden manifestarse visiblemente de formas similares, lo que dificulta a los médicos su diagnóstico y tratamiento precisos. La cosa se complica aún más cuando una persona padece ambos, lo cual no es nada raro. Así que, si te has detectado algún síntoma de TDAH o de TOC, acude rápidamente a tu médico. O puedes empezar probando nuestro pequeño y divertido test de TDAH. Pero después, ¡al médico, en serio! 

Fuentes

1 NIMH. Obsessive-Compulsive Disorder - National Institute of Mental Health
2 Current Treatment Options in Psychiatry. Misdiagnosis of ADHD in Individuals Diagnosed With Obsessive-Compulsive Disorder: Guidelines for Practitioners
3 PMC. Co-Morbid Obsessive–Compulsive Disorder and Attention Deficit Hyperactivity Disorder: Neurobiological Commonalities and Treatment Implications
4 FOCUS. Cognitive-Behavioral Therapy for Obsessive-Compulsive Disorder: 2021 Update
5 Practice Guideline for the Treatment of Patients With Obsessive-Compulsive Disorder
6 PMC. Drug treatment of obsessive-compulsive disorder

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