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TLP frente a TDAH: ¿cómo distinguirlos?

Julia Ovcharenko, Director General de Numo
27 de diciembre de 2023

Todos sabemos que la experiencia de vivir con TDAH es única para cada persona. Aunque la mayoría de las personas con TDAH luchan contra los síntomas principales, como la impulsividad, los olvidos, la incapacidad para mantener la concentración durante mucho tiempo y el cambio constante de actividades, otros rasgos pueden variar mucho de una persona a otra. Esta disparidad hace que el TDAH sea difícil de diagnosticar. 

Sin embargo, los síntomas que se asocian principalmente con el TDAH también pueden ser engañosos e indicar muchas otras afecciones de salud mental. Los trastornos de ansiedad, el trastorno del espectro autista, los trastornos del sueño y bipolares, y muchas más afecciones diferentes pueden manifestarse en algunas personas de forma similar al TDAH (y confundir y molestar a los pobres médicos que sólo intentan diagnosticarlas y que les dejen en paz).

Uno de esos trastornos que imitan algunos aspectos del TDAH es el trastorno límite de la personalidad. Aunque a primera vista son bastante distintos, se solapan de formas muy curiosas. Esto es en lo que vamos a profundizar hoy, así que abróchense los cinturones; hay mucho de lo que tenemos que hablar. 

[¿Qué es el trastorno límite de la personalidad?

Empecemos por definir correctamente el trastorno límite de la personalidad. Al igual que el TDAH, el trastorno límite de la personalidad es una enfermedad mental. Este trastorno afecta principalmente a la capacidad de una persona para gestionar las emociones, causando problemas en el funcionamiento de la vida cotidiana. 

Al igual que muchos otros trastornos de la personalidad, el TLP suele comenzar durante la adolescencia. En general, las mujeres son más propensas a ser diagnosticadas de TLP, aunque eso no significa que los hombres no sean susceptibles de padecerlo.

Si tienes padres o familiares cercanos con TLP, tienes más probabilidades de desarrollar también esta afección (1). Pero las personas que no lo tienen no son inmunes a él: todo el mundo puede desarrollar TLP, especialmente cuando ya se han padecido trastornos mentales como ansiedad, depresión o trastornos alimentarios. Los traumas pasados, los malos tratos en la infancia y el abuso de sustancias por parte de los padres también pueden contribuir al desarrollo del TLP.

Mucha gente confunde el TLP con el trastorno bipolar. Lo sé, lo sé, parecen casi lo mismo. A pesar de que estas dos afecciones tienen múltiples síntomas similares, son bastante diferentes. 

Las personas con TLP se enfrentan a cambios de humor y comportamiento cuando sufren estrés o debido a interacciones con otras personas, mientras que las que padecen trastorno bipolar tienen cambios de humor más sostenidos. El trastorno bipolar también implica cambios de humor mucho más drásticos. En la mayoría de los casos, las personas con trastorno bipolar tienen períodos de cambios de humor -altos (manías) y bajos (depresiones) con intervalos de humor estable.

Pero no nos desviemos de nuestro principal tema de interés y entremos en más detalles sobre los síntomas de la TLP.

[Síntomas del TLP] ¿Cuáles son los principales síntomas del trastorno límite de la personalidad?

Ya hemos descubierto que, debido a su enfermedad, las personas con TLP tienen dificultades para controlar sus emociones. Pero, ¿cuáles son las formas más comunes en que se manifiesta esta lucha?

Un síntoma extremadamente común que experimentan las personas con TLP son los cambios intensos de humor. Se puede decir que tener cambios de humor ocasionalmente es una de las cosas más normales del ser humano en general. Pero con TLP, no es un suceso raro sino una forma de vida. 

La montaña rusa emocional que experimentan las personas con TLP no sólo es frecuente, sino también bastante extrema: pueden pasar de sentirse alegres a totalmente devastados en cuestión de minutos. Al igual que los cambios de humor normales, los característicos del TLP suelen estar causados por algún desencadenante externo: estrés, acontecimientos traumáticos o falta de sueño. Sin embargo, los científicos siguen intentando averiguar cómo se relacionan el estrés y el TLP (2).

El TLP suele ir acompañado de problemas de ira. Las personas con este trastorno son propensas a explosiones intensas e inapropiadas de ira y resentimiento. Pueden expresar su ira de muchas maneras, desde comentarios amargos y sarcásticos hasta involucrarse en peleas físicas.

Puede parecer extraño, pero a pesar de tener emociones tan intensas, las personas con TLP también pueden sentirse vacías e insensibles durante largos períodos.

Si padeces TLP, es posible que sientas un miedo intenso al abandono y hagas todo lo posible por evitar que la gente te rechace. Pero puede cambiar instantáneamente su opinión sobre las personas, pasando de idealizarlas a despreciarlas sin ningún motivo serio.

No sólo su opinión sobre los demás puede sufrir a causa de su TLP, sino que también puede sentir cambios drásticos en su autoestima. 

Las personas con TLP también pueden experimentar paranoia intensa y perder el contacto con la realidad durante horas.

A menudo pueden involucrarse en comportamientos peligrosos, como el juego, la drogadicción o la conducción temeraria. Tampoco son infrecuentes el autosabotaje, los atracones y las compras compulsivas. El TLP puede hacer que las personas abandonen repentinamente sus trabajos o relaciones, sin importar lo exitosas o felices que se sientan. Por desgracia, junto con estas tendencias también viene la predisposición a autolesionarse y a tener pensamientos suicidas. 

[Similitudes entre el TDAH y el TLP] ¿Por qué el trastorno límite de la personalidad y el TDAH son similares?

Aunque el TDAH y el TLP puedan parecer poco compatibles, se solapan en algunos síntomas cruciales. La cantidad de investigaciones que intentan dar sentido a este solapamiento de síntomas (¡bastantes estudios sobre el tema!) complica la vida de los científicos médicos y los doctores. 

El territorio compartido reside principalmente en la impulsividad, la desregulación emocional y las dificultades en las relaciones interpersonales. Sin embargo, la naturaleza de estos síntomas es muy diferente en las personas que padecen TDAH que en las que sufren TLP.

La impulsividad es un concepto polifacético que se define a grandes rasgos como la tendencia a comportarse por capricho sin pensar en las consecuencias de sus actos. La impulsividad en el TDAH es impulsividad motora, caracterizada por respuestas físicas espontáneas. 

En el TLP, la impulsividad suele ser consecuencia del estrés y está intrínsecamente ligada a la desregulación emocional. Por eso se manifiestan de formas diferentes: las personas con TDAH suelen ser inquietas e interrumpen a menudo a los demás. Por el contrario, las personas con TLP pueden autolesionarse o sufrir grandes estallidos emocionales como reacción al estrés.

Junto con la impulsividad, las personas con TDA/H y TLP a menudo comparten un rasgo de temperamento relacionado de búsqueda de novedades: una tendencia a perseguir nuevas experiencias con sensaciones emocionales intensas. Este deseo de actividades emocionantes y excitantes viene acompañado de desorden, una lucha por mantener la estabilidad financiera y una actitud general despreocupada hacia la vida. Esta búsqueda de novedades puede hacer que las personas con TLP participen en actividades de riesgo que pueden perjudicarles.

En cuanto a la desregulación emocional - la dificultad para regular las propias emociones - este síntoma es mucho más grave en las personas con TLP. Sin embargo, en el TDAH y en el TLP, la desregulación de las emociones se manifiesta de forma similar: mediante una mayor inestabilidad, emociones negativas intensas y un lento retorno al estado emocional básico normal. 

Pero en comparación con las personas con TDAH, las que padecen TLP son más propensas a mostrarse agresivas y hostiles; también muestran una mayor propensión a expresar su ira cuando se les provoca y a dirigirla contra sí mismas. Las personas con TDAH controlan mejor sus emociones y son más propensas a utilizar estrategias cognitivas adaptativas que las personas con TLP (4). 

Tanto las personas con TDAH como con TLP suelen tener problemas con las relaciones interpersonales - la capacidad de formar y mantener vínculos con las personas que los rodean. Pero también hay una distinción importante en cuanto a por qué las personas con TDAH y TLP luchan por conectar con la gente y establecer relaciones sanas. En el TLP, los problemas interpersonales son uno de los síntomas más prominentes inherentes a la afección. El TLP en sí viene acompañado de inestabilidad en la percepción de otras personas, sensibilidad general y vulnerabilidad emocional, y miedo al abandono. 

En cambio, en el TDAH, los problemas interpersonales son más consecuencia de los síntomas principales de falta de atención, impulsividad e hiperactividad.

Por lo tanto, aunque existe una intersección considerable en los síntomas entre el TLP y el TDAH, si se profundiza un poco más, se verá que hay algunos aspectos de estos síntomas que son exclusivos de cada una de estas afecciones. 

[¿TDAH + TLP?] ¿Se puede tener a la vez TDAH y TLP?

Vivir con TDAH o TLP no es algo fácil por sí solo, pero ¿se pueden tener ambos? Siento darte malas noticias. El TLP y el TDAH también pueden ser comórbidos (es una palabra elegante que significa que puedes tenerlos al mismo tiempo). Y no es algo tan raro. Varios estudios han descubierto que los síntomas de TDAH en la infancia están significativamente correlacionados con una mayor probabilidad de diagnóstico de TLP en la edad adulta (4). 

¿Complica aún más a los psiquiatras darte un diagnóstico adecuado? Por supuesto que sí. 

Ya hemos hablado de que las personas tienen más probabilidades de desarrollar TLP si sus familiares lo padecen o padecen alguna otra enfermedad mental. El TDAH también suele ser hereditario. Así que, cuando se sospecha de TDAH o TLP, los psiquiatras probablemente harán muchas preguntas sobre la historia médica familiar de su paciente. Lo mismo ocurre con los antecedentes traumáticos, ya que muchas personas con TLP sufrieron traumas en su infancia o adolescencia.

Las personas que presentan síntomas de TDAH y TLP deben someterse a una evaluación psicológica exhaustiva para que se les diagnostique alguna de estas afecciones o ambas. Pueden utilizar cuestionarios para obtener información sobre los síntomas y los antecedentes sintomáticos.

Los psiquiatras también colaborarán con tu médico de cabecera y te harán pasar múltiples pruebas médicas para descartar otras afecciones y enfermedades que puedan provocar los síntomas que experimentas.

Como ve, obtener un diagnóstico puede ser un proceso largo. 

Por lo tanto, si experimenta síntomas asociados al TDAH o al TLP, es mejor que no pierda el tiempo y se ponga en contacto con su médico. Es normal sentirse frustrado o abrumado cuando te diagnostican una enfermedad mental. Sin embargo, cuanto antes entiendas lo que te ocurre, antes podrán los médicos empezar tu tratamiento y hacerte la vida un poco más fácil. 

[Tratamiento del TLP y el TDAH] ¿Y el tratamiento? ¿Pueden tratarse eficazmente estos trastornos si son comórbidos?

El TDAH y el TLP se tratan de forma bastante diferente, por lo que si te han diagnosticado ambas afecciones, es necesario combinar distintos tratamientos para mantenerlas a raya.

¿Cómo se trata el TDAH?

El TDAH puede tratarse con distintos medicamentos. Normalmente, a las personas con TDAH se les receta algún estimulante que ayude a su cerebro a concentrarse mejor. En algunos casos, los estimulantes no son muy eficaces o tienen efectos secundarios no deseados, entonces se recetan no estimulantes. Estos medicamentos pueden mejorar síntomas como la concentración y el control de los impulsos. A menudo, el TDAH viene acompañado de depresión y ansiedad, por lo que los médicos pueden sugerirle que empiece a tomar antidepresivos.

En cuanto a los demás métodos, la terapia cognitivo-conductual es la opción más sugerida. Francamente, el tratamiento más eficaz del TDAH es el multimodal, es decir, cuando se combina el tratamiento médico con la terapia y el entrenamiento de habilidades. 

¿Y el TLP?

El TLP se trata sobre todo con psicoterapia. La terapia dialéctico-conductual se considera la más eficaz para el TLP, ya que en general procede de la terapia cognitivo-conductual, pero está especialmente adaptada para las personas que sienten las emociones muy intensamente. Sabemos que la terapia cognitivo-conductual se centra en ayudarle a cambiar los patrones de pensamiento y comportamiento perjudiciales y poco útiles en los que puede estar atrapado. 

La terapia dialéctica conductual también se centra en esto, pero también le ayuda a aceptar quién es y a comprender por qué puede hacer cosas como hacerse daño o tomar decisiones precipitadas sobre su vida. La terapia dialéctico-conductual puede ayudar a las personas con TLP. Aún así, es más probable que funcione si se comprometen a hacer cambios consistentes en sus vidas, hacen tareas para casa, trabajan en grupos ocasionalmente y, en general, se centran en el presente y el futuro en lugar de analizar en exceso y lamentarse por el pasado.

Sin embargo, la terapia dialéctica conductual no es el único tipo de psicoterapia que se utiliza para tratar el TLP. También existe un tratamiento basado en la mentalización que enseña a las personas con TLP a reconocer mejor su estado mental y a manejar mejor sus emociones e impulsos. 

También destaca la psicoterapia centrada en la transferencia, que utiliza la relación con el terapeuta como modelo que le ayuda a ver cómo interactúa con la gente y a utilizar estas percepciones para construir relaciones más sanas y estables con los demás. Estos tipos de psicoterapia también se crearon principalmente para tratar el TLP, por lo que pueden ser bastante eficaces.

También tenemos que coger otra práctica psicoterapéutica que se utiliza habitualmente para tratar el TLP: la terapia centrada en esquemas. Es posible que haya oído hablar de ella, ya que se ha hecho muy popular en los últimos años. Esta terapia se centra en identificar y cambiar conductas y formas de pensar específicas poco saludables y autodestructivas y utiliza una combinación de técnicas cognitivas, conductuales y centradas en la emoción (5).

Por lo tanto, aquí tienes muchas opciones disponibles que pueden ayudarte. Pero, ¿hay algo más, además de la terapia, que pueda hacer que su vida con TLP sea un poco más fácil? ¿Existen medicamentos creados específicamente para el TLP? Lamentablemente, no existen medicamentos que traten el TLP en su totalidad, pero hay algunos que pueden regular algunos síntomas. Al igual que con el TDAH, los antidepresivos pueden ayudar a regular las fluctuaciones del estado de ánimo o las tendencias depresivas (4). 

No te olvides tampoco de los distintos grupos de apoyo. Este método de tratamiento a menudo se pasa por alto, pero puede marcar una gran diferencia. Especialmente teniendo en cuenta que las personas con TLP luchan con las relaciones interpersonales.

Compartir tus problemas, obtener información constructiva y útil, y recibir el aliento y la comprensión de personas que luchan contra la misma afección son ya grandes comienzos que pueden llevarte a establecer relaciones más sanas con los demás y a regular mejor tus emociones. 

Aquí es donde la Numo app se convierte en una herramienta vital en tu viaje. Numo ofrece "escuadrones" y "tribus"únicos -parecidos a foros o centros en línea- donde las personas con TDAH y TLP pueden conectarse. Estos grupos proporcionan una plataforma para compartir preocupaciones, intercambiar consejos y ofrecerse apoyo mutuo.

En estas comunidades, encontrarás personas que comprenden tanto las dificultades del TDAH como las complejidades del TLP. Si te quedas en nuestros nutridos centros, podrás recibir consejos personalizados y el apoyo de quienes han afrontado retos similares, lo que te ayudará a establecer relaciones más sanas y a mejorar la regulación emocional. 

Por cierto, si se trata adecuadamente, ¿el TLP puede llegar a ser menos molesto?

Sí, el TLP tiene unos índices de remisión bastante buenos. Un estudio que evaluó a un gran grupo de pacientes con TLP durante más de diez años encontró que más del 35% de los pacientes con TLP entraron en remisión después de dos años, y después de diez años, el 91% estaban en remisión (6). Los científicos que trabajaron en este estudio observaron que algunos pacientes entraban en remisión no porque mejoraran en la regulación de sus emociones y desarrollaran mejores habilidades interpersonales, sino porque empezaban a evitar las relaciones interpersonales. Aun así, la remisión se mantuvo durante más de ocho años en el 75% de los pacientes, lo cual es bastante prometedor.

[Conclusión

El TLP y el TDAH son trastornos que pueden suponer un gran reto en muchos aspectos, desde el diagnóstico hasta el tratamiento (ni siquiera hablo de intentar sortear los obstáculos cotidianos de nuestra existencia). Pero si padeces uno de ellos o ambos, no desesperes. Aún puedes vivir una vida plena, establecer relaciones significativas y sentirte bien contigo mismo si aceptas estas enfermedades y los retos que conllevan.

Aceptar el TLP y el TDAH no significa rendirse ante estos desafíos; se trata más bien de integrarlos en el tejido de tu vida y de tu crecimiento personal, comprometiéndote con el autoconocimiento, buscando el apoyo adecuado y utilizando diferentes prácticas terapéuticas. Este viaje no es fácil, pero el destino es darse cuenta de que una vida feliz y gratificante está a tu alcance.

Fuentes

1 StatPearls. Borderline Personality Disorder
2 Frontiers in Psychology. How Do Stress Exposure and Stress Regulation Relate to Borderline Personality Disorder?
3 Borderline Personality Disorder and Emotion Dysregulation. Borderline personality disorder (BPD) and attention deficit hyperactivity disorder (ADHD) revisited – a review-update on common grounds and subtle distinctions
4 Dovepress. Attention Deficit Hyperactivity Disorder And Borderline Personality Disorder
5 PLoS ONE. Schema therapy for borderline personality disorder: A qualitative study of patients’ perceptions
6 Arch Gen Psychiatry. Ten-Year Course of Borderline Personality Disorder

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