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Empatía tóxica y TDAH: La conexión no tan obvia

12 de enero de 2024

Llámame Britney Spears porque soy...tóxica. Ha-ha...haaaa.

Tos

La charla de hoy tratará sobre la empatía tóxica y el TDAH o por qué ser demasiado empático no es bueno. 

No es por desvelar demasiado (o no leerías todas estas palabras bonitas que he hecho), pero cuando eres demasiado empático, corres un mayor riesgo de agotamiento emocional y tienes más probabilidades de acabar en relaciones tóxicas.

Así que, ¡hay muchas cosas de las que hablar hoy!

Vamos allá.

[Empatía y TDAH] Empatía y TDAH: Un curioso caso de "no es lo que parece

He aquí un interesante rockero sobre el TDAH y... la falta de empatía. Según algunas investigaciones, las personas con TDAH tienen una empatía comparativamente más baja que sus compañeros1... no, no. 

Para. Todavía no eres "macho sigma", así que guarda tu disfraz de Patrick Bateman por ahora. 

Ten en cuenta que la investigación sobre el TDAH aún está en pañales. Además, este tipo de investigación sólo parece sugerir que la empatía funciona de forma diferente para los TDAH, no que seas incapaz de experimentarla... tú o tus relaciones deberían convencerte de lo contrario en cualquier caso. 

De acuerdo. Entonces, ¿qué parte de esta "otredad" nos hace susceptibles de ser tóxicos en la forma en que expresamos y experimentamos la empatía? 

En parte, creo que puede explicarse por un fenómeno conocido como...

Rechazo Disforia sensible

La disforia sensible al rechazo, también conocida como RSD, es un concepto que merece un artículo aparte. Sin embargo, lo esencial es que las personas con TDAH responden muy negativamente a un rechazo real o percibido. Este sentimiento de rechazo puede ser tan fuerte e intenso que puede experimentarse como dolor físico. 

Naturalmente, se deduce que los TDAH intentarán evitar este rechazo en la medida de lo posible. Mientras que algunos lo hacen abandonando cualquier intento de entablar relaciones, otros se adaptan mal a través de la empatía tóxica.

Para una persona con TDAH, que ya puede tener dificultades con la regulación emocional, esto puede complicar las interacciones. Podemos encontrarnos excesivamente preocupados por los sentimientos de los demás o demasiado afectados por el estado de ánimo de su entorno.

La empatía es algo poderoso; es lo que nos hace humanos. Sin embargo, debido a la falta de límites sanos y a las particularidades del funcionamiento de nuestro cerebro propias del TDAH, podemos llegar a ser demasiado empáticos. Por lo tanto, la clave está en encontrar el equilibrio. 


[Empatía tóxica] Reconocer la empatía tóxica: ejemplos

De acuerdo. Ahora, vayamos por fin al meollo de la cuestión: ¿qué es la empatía tóxica? 

La empatía tóxica, distinta de la sana, es una absorción abrumadora de las emociones de los demás. Va más allá de la comprensión y la resonancia de los sentimientos de los demás, lo que conduce a la invasión y la asfixia. 

 Baste decir que la empatía tóxica tiene ramificaciones negativas tanto para el receptor como para el emisor

Ser emocionalmente dominante puede llevar a estar quemado, además de abrirte a la manipulación y el abuso de actores tóxicos. 

Además, siempre existe el riesgo de que esta relación asfixiante no sirva para la otra parte, creando así una profecía autocumplida de abandono y rechazo... pero de eso hablaremos más adelante.

Por ahora, centrémonos en lo que hace que la empatía tóxica funcione.

Los signos de empatía tóxica incluyen:

  • Identificación excesiva con los problemas de los demás: Asumir constantemente los problemas de los demás como si fueran propios, lo que provoca angustia personal.
  • Agotamiento emocional: Sentirse emocionalmente agotado debido a la constante implicación emocional con los demás.
  • Descuidar las necesidades personales: Anteponer sistemáticamente las necesidades emocionales de los demás a las propias, a menudo a expensas de su bienestar.
  • Dificultad en la separación emocional: Lucha por separar sus sentimientos de los de las personas que le rodean, lo que conduce a una línea borrosa entre las emociones personales y las de los demás.

[Causas de la empatía tóxica] Empatía tóxica: factores desencadenantes y contribuyentes

Sí, el TDAH y el RSD contribuyen a la manifestación de la empatía tóxica. Sin embargo, no son lo único que puede causarla. Las personas sin TDAH también pueden desarrollar empatía tóxica.

Por lo tanto, es esencial comprender los factores desencadenantes y coadyuvantes de la empatía tóxica. Para ello, son múltiples los elementos que pueden contribuir al desarrollo de la empatía tóxica. 

Pista: si te suenan parecidas a una respuesta traumática... bueno, estás en el buen camino. 

Factores medioambientales

Los entornos caóticos o de mucho estrés pueden exacerbar la tendencia a la empatía tóxica. Los individuos con TDAH suelen ser más sensibles a su entorno, lo que les facilita absorber los estados emocionales de quienes les rodean.

Relaciones personales

Las relaciones, especialmente las que implican dependencia o desequilibrio emocional, pueden ser un desencadenante importante. Para una persona con TDAH, el impulso de "arreglar" o aliviar el dolor de los demás puede conducir a una implicación excesiva en las luchas emocionales de los demás.

Presión social y expectativas

La expectativa social de ser siempre empáticos y afectuosos puede llevarnos a sobrecargar nuestros recursos emocionales. Esto es especialmente cierto cuando decir "no" o poner límites está mal visto. Sobre todo cuando se trata de mujeres. 

Debido a las presiones sociales, los síntomas del TDAH se manifiestan de forma algo diferente en las mujeres. Y el RSD, y por transferencia la empatía tóxica, se hace así más prevalente. 

Reconocer estos desencadenantes y factores es fundamental, ya que saber es la mitad de la batalla. Cuando empezamos a reconocer y percibir estos desencadenantes y catalizadores de la empatía tóxica, podemos trabajar contra ellos.

¿Y por qué querríamos hacerlo en primer lugar? 

Bueno...


[Las consecuencias de la empatía tóxica] Las consecuencias de la empatía tóxica

La empatía tóxica, aunque a menudo tiene su origen en el deseo de ayudar, puede tener consecuencias de largo alcance para ti Y para las personas que te rodean. 

Consecuencias personales:

  • Agotamiento emocional: Absorber continuamente las emociones de los demás puede conducir al agotamiento emocional. Este agotamiento puede manifestarse como fatiga, ansiedad, depresión o una sensación de estar emocionalmente agotado.
  • Pérdida de identidad propia: Dar prioridad constantemente a las necesidades emocionales de los demás puede desdibujar las líneas de la identidad personal. Puedes tener dificultades para distinguir tus propias emociones y necesidades de las de los demás.
  • Impactos en la salud física: El estrés crónico por empatía tóxica puede tener consecuencias físicas, como dolores de cabeza, problemas digestivos y respuestas inmunitarias debilitadas.
  • Tensión en las relaciones: Irónicamente, la implicación excesiva en las emociones de los demás puede tensar las relaciones. Puede llevar a la codependencia, al resentimiento o a sentirse abrumado e incomprendido.

Consecuencias interpersonales:

  • Permitir dinámicas malsanas: La empatía tóxica puede conducir a un comportamiento de habilitación, en el que el individuo empático puede inadvertidamente alentar o prolongar patrones insanos en otros.
  • Creación de dependencia: Los demás pueden llegar a depender excesivamente del individuo empático para obtener apoyo emocional, lo que conduce a relaciones desequilibradas y poco saludables.
  • Conflictos y malentendidos: El exceso de empatía a veces puede dar lugar a malentendidos o conflictos, ya que las intenciones no siempre coinciden con las necesidades o deseos de la otra persona.

Así que, sí, no es sólo una rareza a la que debas aferrarte. Quiero decir, ciertamente puedes, pero ciertamente no te hará ningún favor. 

Hablando desde la experiencia, diré que salir de este atolladero es a menudo más fácil de decir que de hacer. A menudo, me negaba a dejarme llevar cuando debía por miedo a cómo se sentirían los demás. A veces esto alcanzaba proporciones ridículas, ya que mis suposiciones sobre las reacciones de los demás no se ajustaban a la realidad.

En otras palabras... me imaginé cómo reaccionarían. Demasiado para la empatía, ¿eh?

En cualquier caso. Espero que a estas alturas haya quedado meridianamente claro que esta empatía giga es algo con lo que tenemos que lidiar.

¿Cómo? Excelente pregunta. 

Gestión de la empatía tóxica - Estrategias y herramientas

Gestionar la empatía tóxica es crucial para el bienestar emocional. Estas son algunas de las estrategias y herramientas que puedes utilizar para mitigar sus efectos:

  • Establecer límites: Aprender a establecer límites saludables es vital. Comprender sus límites y comunicarlos con claridad puede parecer un poco robótico y poco auténtico al principio, pero es mejor que la alternativa de ahogarse en el torbellino de las emociones. Esto puede significar no asumir las cargas emocionales de los demás o limitar el tiempo que pasas con personas que agotan tu energía emocional.
  • Prácticas de atención plena: La atención plena puede ayudarte a permanecer anclado en tus emociones y a existir en el momento presente. Esta presencia es clave, ya que existe cierto solapamiento entre la empatía tóxica y la ansiedad. Imaginamos situaciones que nos hacen entrar en una espiral de angustia cuando, si hubiéramos sido racionales, nos habríamos dado cuenta de lo absurdo de nuestras reacciones. La meditación o la respiración consciente pueden proporcionarnos un espacio mental para procesar y liberar las emociones absorbidas.
  • Rutinas de autocuidado: Es esencial dar prioridad al autocuidado. Las actividades regulares que promueven la relajación y el bienestar, como el ejercicio, los pasatiempos o el tiempo libre en la naturaleza, pueden reponer sus reservas emocionales y darle salidas satisfactorias. 
  • Técnicas de regulación emocional: Técnicas como las estrategias cognitivo-conductuales pueden ayudar a gestionar las emociones intensas que acompañan a la empatía tóxica. Por ejemplo, cuestionar los pensamientos negativos o practicar técnicas de distanciamiento emocional.
  • Busque ayuda profesional: Si la empatía tóxica está afectando significativamente a su vida, considere la posibilidad de buscar el apoyo de un profesional de la salud mental. La terapia puede ofrecer estrategias personalizadas para afrontar y gestionar estos sentimientos de empatía abrumadores.
  • Edúcate a ti mismo y a los demás: Comprender la naturaleza de la empatía tóxica y el TDAH es fortalecedor. Educar a los que te rodean sobre tus necesidades y límites emocionales también puede fomentar un entorno de apoyo y explicar tu cambio -quizá abrupto- de prioridades y comportamiento. Después de todo, si en tu grupo de amigos te conocen como "el autoritario", tu repentino distanciamiento podría percibirse como frialdad. 

¡Y hablando de educación! 👀

[Numo: App para la Empatía NO Tóxica] Numo: App para la Empatía NO Tóxica

Si algo me ha enseñado la vida es que los únicos que pueden entender de verdad la tontería del cerebro pringoso de vivir con TDAH son los otros pringosos 🤓.

Así, Numo nació. Es una app que tiene muchas aplicaciones -un planificador de TDAH muy kewl, entre otras cosas-, pero ahora mismo quería hablar de nuestra joya de la corona: las tribus y los escuadrones

En términos más básicos, son los foros de la comunidad donde puedes encontrar consuelo, consejos y memes de compañeros con TDAH.

Y si alguna vez has tenido una pregunta como: "Oye, ¿crees que eso que hice es un ejemplo de empatía tóxica?". Aquí encontrarás la respuesta.

Así que, ¡acompáñanos si quieres! Somos chicos guays, lo prometo 🕶️

[Conclusión

¡Muy bien! Qué hemos aprendido hoy? 📚

  • Aumento de la empatía en el TDAH: Las personas con TDAH suelen experimentar un mayor sentido de la empatía, lo que puede ser tanto un don como un reto, ya que conduce a conexiones más profundas, pero también a un posible agobio emocional.
  • Comprender la empatía tóxica: Reconocer los signos de la empatía tóxica consiste en distinguir entre la empatía sana y cuándo se vuelve perjudicial para la propia salud mental.
  • Identificar los desencadenantes: Para gestionar la empatía tóxica es esencial ser consciente de los factores desencadenantes y coadyuvantes, como los factores estresantes del entorno y las relaciones personales.
  • Estrategias de gestión: La aplicación de estrategias como el establecimiento de límites, la práctica de la atención plena y la priorización del autocuidado son eficaces para gestionar los efectos de la empatía tóxica.
  • Reconocer las consecuencias: Comprender las consecuencias personales e interpersonales de la empatía tóxica ayuda a reconocer su impacto y la importancia de abordarlo.

Así que, como siempre, se trata de encontrar un equilibrio en el que la empatía siga siendo un punto fuerte sin que comprometa el bienestar personal o lleve a dinámicas poco saludables en las relaciones. Si aceptamos estos descubrimientos e incorporamos las estrategias comentadas, podremos dominar nuestra empatía, lo que nos conducirá a una vida emocional más equilibrada y satisfactoria.

Fuentes

1 Journal of the Korean Academy of Child and Adolescent Psychiatry. Disrupted Association Between Empathy and Brain Structure in Attention-Deficit/Hyperactivity Disorder
2 HHS Public Access. Rejection sensitivity and disruption of attention by social threat cues 

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